Cuando un bebé comienza a entrar en la fase de erupción de dientes, no lo pasa realmente bien. Para evitar que sufra, lo que se suele hacer es ofrecerle un buen mordedor de bebé, a través del cual se reduce la presión y el dolor.
Los mordedores de bebé se presentan como una buena opción al tradicional dedo o incluso a la gasa húmeda. Son fáciles de usar, higiénicos y seguros, de aquí que cada vez más padres opten por esta alternativa para conseguir que sus hijos puedan superar esta fase con más facilidad.
Hay que recordar que a través de diferentes estudios se ha demostrado que los bebés sufren menos y se sienten mejor cuando las encías sensibles están sometidas a una presión ligera. Esa presión provoca un alivio y por ese motivo los mordedores de bebé se presentan como una buena opción a la hora de superar esta etapa del desarrollo dental.
¿Cuándo deben los bebés usar un mordedor?
Un bebé no tiene que tener a su disposición siempre un mordedor, sino que lo debe tener solo cuando es realmente necesario. Es decir, se recomienda ofrecer al bebé el mordedor cuando le empiezan a salir los dientes.
Los dientes comienzan a salir entre los 6 y 12 meses, recordando que el bebé no tendrá todos los dientes de leche hasta que cumpla al menos los tres años.
Si el bebé comienza a llorar sin motivo y se mete mucho los dedos en la boca es porque seguramente los dientes comienzan a hacer presión sobre la encía para salir. Ese es el momento en el cual se les deberá ofrecer el mordedor para que superen con más facilidad esta etapa.
Cuando un bebé comienza a romper la encía siempre suele mostrar una serie de signos y síntomas. Normalmente es común que el bebé se muestre muy nervioso, tenga problemas a la hora de conciliar el sueño, irritabilidad, pérdida de apetito y mucho babeo. Esos síntomas son normales y con el mordedor de bebé suelen ser inferiores.
En el supuesto de que el bebé tenga sarpullidos o incluso fiebre, entonces hay que acudir rápidamente al pediatra porque no es normal.
¿Qué tipos de mordedores de bebé existen?
Por suerte, en la actualidad podemos encontrarnos diferentes tipos de mordedores. Cada bebé es un mundo y por ese motivo necesita un determinado mordedor. Acertar siempre a la primera con el mordedor no es fácil. Por ese motivo, en ocasiones hace falta comprar varios para ver qué tipo se adapta mejor a las necesidades del bebé.
Los mordedores de frío son una muy buena opción para muchos padres. Eso se debe a que los mordedores fríos, los cuales se enfrían en la nevera, tienen un alto poder calmante en las encías. Eso ayuda a que el bebé se relaje y sufra menos dolor. Eso sí, nunca hay que congelarlos porque se podría sufrir el efecto contrario.
Los mordedores con vibración también pueden ser una buena opción. La vibración ayuda a calmar la zona. Se presentan como una buena opción a la hora de aliviar el dolor del bebé. En muchas ocasiones se mezclan los beneficios del frío y la vibración.
Otra opción puede ser la de comprar al bebe los collares o pulseras para morder. Los mismos se diseñan para que de manera segura los bebés lo puedan meter en la boca y así conseguir un alivio importante en la presión de las encías.
¿Cómo son los mordedores de bebé?
En el mercado podemos encontrarnos una amplia variedad de mordedores de bebé entre los que elegir. Podemos elegir entre diferentes materiales, formas, colores y tamaños. Lo importante es adquirir uno de calidad que se adapte a las necesidades del bebé.
Buena parte de los mordedores del mercado son redondos. Esta forma es debida a que facilitan el agarre por parte del bebé y se pueden llevar a la boca de manera segura. Eso sí, debes tener en cuenta que el mordedor siempre deberá tener el tamaño adecuado. Si es demasiado pequeño puede presentar un peligro de seguridad. Para evitar sustos, compra siempre mordedores homologados.
A la hora de realizar la compra, asegúrate de que el mordedor está libre de Bisfenol-A. Los productos homologados están libres de BPA, pero siempre es bueno asegurarse de ese dato.
¿Cómo hay que cuidar el mordedor de bebé?
Tras realizar la compra el bebé comenzará a usar el mordedor para aliviar su dolor. Pero no siempre lo va a tener en la boca. En muchas ocasiones jugará y lo tirará al suelo. Cuando el mismo caiga al suelo, no se lo tenemos que dar directamente, sino que tenemos que limpiarlo. La higiene la tenemos que cuidar en todo momento.
Para evitar la propagación de gérmenes y que el bebé se pueda poner enfermo, lo mejor es limpiar el mordedor correctamente y desinfectarlo cuando sea necesario. Y por supuesto, no hay que permitir que los bebés compartan mordedores.
Si tienes dudas acude a un dentista de confianza, en Clínica Dental Martín Riva estamos a disposición.