El miedo es una respuesta natural de los seres humanos y muchas personas temen ir al dentista en Santander, porqué piensan que van a experimentar sensaciones desagradables. Algunos incluso sienten ataques de pánico solo con la idea de ir a una clínica odontológica. Este miedo es real y afecta a muchos pacientes, pero la mayoría vencen el temor al dentista para recibir los beneficios de un especialista de la salud bucodental.
Si eres de esas personas que sufre de este tipo de miedo, en este artículo encontrarás algunos consejos que te ayudarán a superarlo. La odontofobia es un fenómeno común incluso en la población adulta, existen factores psicológicos por los que tenemos miedo de ir al dentista.
¿Por qué el pánico al dentista?
En muchas ocasiones conocer la causa de un miedo es el primer paso para lograr superarlo (o al menos soportarlo). Por lo general, este sentimiento de susto o pavor se debe a alguna experiencia negativa que una persona sufrió en el pasado en una clínica dental, durante la niñez o en la edad adulta. No necesariamente tubo que ser una experiencia directa, en muchos casos ese temor puede deberse a una vivencia ajena, contada por algún familiar o amigo.
Sin importar como se originó ese recelo hacia el dentista, es recomendable que no te dejes controlar por el miedo hasta el punto de que te impida asistir al odontólogo. Recuerda que evitar las revisiones o los tratamientos necesarios es muy perjudicial para tu salud bucodental.

8 consejos para superar tu miedo al dentista
Si eres una de esas personas con algunos temores al dentista, aquí encontrarás una serie de consejos que te ayudarán con tu visita a la clínica odontológica.
1. Conversa con tu dentista sobre tus preocupaciones
Quizás el consejo más útil de esta lista es que antes de comenzar con un tratamiento de salud bucodental conozcas y hables con el especialista que te atenderá. De esa manera podrás indicarle que tienes algún recelo de los procedimientos que van a realizar y él o ella podrá ofrecerte una explicación del tratamiento que se realizará. Eso ayuda a disipar un poco el susto y te permitirá estar más informado y con una mejor preparación para afrontar cualquier procedimiento al que debas someterte.
Por lo general, los odontólogos con experiencia están preparados (y acostumbrados) para tratar con este tipo de situaciones y les brindan a sus pacientes la máxima comprensión y confianza.
2. Escoge al especialista más adecuado para ti
Este consejo está estrechamente relacionado con el anterior. Si tienes recelo de un dentista, siempre tienes la posibilidad de visitar otros odontólogos. Así puedes hablar con ellos sobre tus preocupaciones y darte cuenta si son lo suficientemente pacientes y si están preparados para tratar pacientes como tú.
3. Infórmate sobre los procedimientos actuales
Tal vez hace 20 o 25 años era lógico temerle al dentista. Después de todo el instrumental odontológico y los procedimientos no estaban completamente desarrollados. Pero en las últimas décadas se han desarrollado técnicas muy avanzadas que toman en cuenta la tranquilidad del paciente.
4. Sedación consiente (una aliada que no tiene que ser el último recurso)
Hay personas nerviosas para las que no hay explicación que disminuya sus temores. En esos casos simplemente se puede aplicar la sedación consciente, que disminuye considerablemente los episodios de estrés y ansiedad.
Aunque este tipo de sedantes suele utilizarse solo en la cirugía de implantes, es posible usarlos en cualquier tratamiento bajo petición del paciente.
5. No pienses demasiado en la cita con el odontólogo
Para reducir la ansiedad es muy recomendable evitar pasar todo el día dándole vueltas al hecho de que vas a visitar al especialista.
Un consejo que ayuda a muchas personas, es concertar la cita a primera hora de la mañana. De esa forma tendrás poco tiempo para pensar si realizas el procedimiento lo antes posible.
6. Cualquier distracción ayuda a disminuir las preocupaciones
Cuando una persona está en la sala de espera para ver al especialista es el momento de mayor tensión y suele provocar miedo en algunos pacientes.
En estos casos es muy recomendable que realices alguna actividad que te ayude a distraer la mente. Intenta desviar tu atención a otras cosas como leer, mirar el móvil o escuchar tu música favorita…
En este punto, también es aconsejable acudir a la clínica con algún acompañante que ayude a mantenerte pensando en otra cosa.
7. Las técnicas de relajación también te pueden ayudar
Mientras esperas a que te atiendan, es recomendable que utilices el tiempo haciendo algunos ejercicios mentales que ayuden a relajarte para que sientas más confianza.
Algo que siempre es buena idea cuando estás con el especialista, es cerrar los ojos y concentrarse en respirar de manera lenta y profunda. Intenta pensar en algo agradable.
8. Una señal puede ser de mucha ayuda
Antes de empezar con el procedimiento habla con el dentista y pónganse de acuerdo en un gesto que harás cuando sientas dolor. De esa forma cuando hagas el gesto el especialista dejará de hacer lo que está haciendo y te permitirá calmarte.
Para muchos pacientes conocer esta forma de comunicación con su odontólogo les da seguridad y los ayuda a mantener el miedo bajo control.
Así, al mover un brazo o una mano, el médico sabrá que estás sintiendo alguna incomodidad y evitas girar la cabeza o realizar movimientos bruscos que puedan ocasionarte algún dolor.